Muchos,
al leer el título, dirán si titubear ¡Se hace! Sin embargo, al ver el mercado
laboral y el perfil de quienes ocupan estas importantes posiciones que
implican, relaciones públicas, mercadeo, publicidad, reputación y exposición,
encontramos grandes incongruencias.
Hemos
visto cuentas corporativas o de organizaciones con manejos impecables.
Ejecutadas por verdaderos profesionales con excelentes aptitudes como
redacción, ortografía y visión del entorno y aptitudes como inteligencia
emocional y empatía con el público.
Por
otra parte, observamos también como empresas e instituciones incursionan en el
campo de Social Media como un requisito mas o moda. Asignando el manejo de las
cuentas en redes sociales a cualquier persona con espacio libre en su agenda y
con alguna noción de manejo de Facebook y Twitter. Y ya se han dado casos
dignos de estudio donde, desde jefes de estado, empresas grandes, medianas y
pequeñas, han quedado en ridículo por este tipo de descuido.
Hay
cuentas corporativas llevadas por Community Managers con cuentas personales muy
discretas y con pocas interacciones y seguidores. Y también he visto twiteros y
usuarios de Facebook con mucha exposición, seguidores y amigos en estas redes,
a quienes, yo en particular, jamás les confiaría el manejo de una cuenta. La
razón: La percepción de una persona no es igual a la de una organización. Se
puede nacer con un encanto y poder de atracción aunque se sea conflictivo,
grosero o vulgar en la web. Pero esas actitudes harían un tremendo daño a la
reputación de la empresa, si se toman como personales, todos los ataques o
críticas constructivas que forman parte de la rutina de este oficio. El caso a continuación corresponde a TVN-Chile.

Es por
esto que sostengo que es necesaria una preparación académica que vaya más allá
de lo aprendido empíricamente o de forma autodidacta. El Community Manager debe
formarse y actualizarse de forma constante, pero su perfil profesional debe ser
sólido y fundamentado.
En
países como España, existen postgrados y maestrías en esta rama. Con programas
muy completos y un nivel de exigencia de primera. Entre las instituciones que
los ofrecen están la
Universidad de Barcelona y la Universidad de
Alicante. Obviamente vieron la importancia de este tipo de labores en el
presente para mejorar la ejecución de las estrategias de social media y al
mismo tiempo aumentar la cotización en el mercado de estos profesionales. Dicha
preparación no solo muestra las oportunidades que ofrecen las redes sociales,
también enseñan importantes lecciones sobre posicionamiento, manejo de crisis y
evaluación de resultados.
En
Latinoamérica, esta formación apenas comienza a mostrarse tímidamente.
Honestamente creo que había tardado demasiado y más con la enorme penetración
de redes sociales como Twitter en países como Venezuela, Colombia, México y
Panamá. Aunado al creciente interés de las marcas en mostrarse en dichos medios
para obtener mayor posicionamiento.
Veo
contradictorio el dejar en manos inexpertas o sin formación un punto tan
importante en toda las estrategias de mercadeo y publicidad actuales. La
formación continua es necesaria. La participación en cursos, seminarios,
talleres, congresos o encuentros mientras se establecen titulaciones
universitarias siempre será un extra que todo Comunity Manager debe añadir a su
hoja de servicios para aprender de experiencias exitosas o no y la
actualización constante.
Las
redes sociales no pueden ser un accesorio a nivel corporativo. En estos tiempos
son un pilar de la imagen y reputación de la empresa. Y como tal deben ser
administradas por personal altamente capacitado y con la destreza suficiente
para posicionar correctamente la marca y enfrentar positivamente cualquier
eventualidad que ponga en riesgo la reputación de la misma.