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viernes, 31 de mayo de 2013

En Latinoamérica pasamos 26,1 horas conectados a Internet en promedio al mes

Por Cony Sturm. Vía FayerWayer

Brasil es el país cuyos habitantes más tiempo pasan en Internet, con 35,6 horas al mes, casi 10 horas más que el promedio de un latinoamericano estándar, según el estudio “Futuro Digital Latinoamérica 2013” de ComScore. Le siguen los argentinos, con 24,1 horas, Perú con 21,5 horas, Chile con 19,5 horas y Colombia con 18,9 horas.

México aparece en el sexto lugar con 18,8 horas y luego Venezuela, con 17,2 horas mensuales promedio. De acuerdo al estudio, los internautas latinoamericanos son relativamente jóvenes, donde el 60% tiene entre 15 y 34 años. Colombia y Venezuela tienen la mayor proporción de internautas jóvenes, donde casi el 50% de los mismos tiene menos de 25 años.

Entre marzo de 2012 y marzo de 2013, la cantidad de latinos conectados aumentó 12%, llegando a 147 millones de personas. Es la región que más creció en el mundo en un año.

Redes sociales
¿En qué se pasa el tiempo en la red? Pues de las 26,1 horas que navega un latinoamericano promedio, 10,32 se pasan en redes sociales, seguido por 4,5 en portales web, 4,18 horas en servicios y 4,1 en entretenimiento. Las horas ocupadas en redes sociales superan al tiempo que se destina para estos servicios en Estados Unidos (5,5 horas mensuales) y en Europa (7,1 horas mensuales), y sobre el promedio global, de 5,8 horas.

Por país, la navegación en redes sociales se ve así:
Brasil: 13,8 horas
Argentina: 10,2 horas
Perú: 8,3 horas
México: 7,3 horas
Chile: 7,2 horas

Facebook es la red social que recibe la mayor cantidad de visitantes, donde además se pasa 94% del tiempo destinado a estas redes. En segundo lugar aparece LinkedIn y en tercer lugar Twitter. Entre las que más han crecido en adopción, figuran además Ask.fm y Pinterest.

Dispositivos
El 91,9% de los latinoamericanos nos conectamos a través del PC, mientras sólo 5,6% accede desde móviles y 2,2% desde tablets. El tráfico más alto de móviles está en México, donde 9,4% corresponde a celulares y 3,5% a tablets. Le sigue Chile con 8,2% de smartphones y 1,4% de tablets, y en tercer lugar Argentina, con 5% desde móviles y 1,4% desde tablets.

En cualquier caso, el consumo de contenidos desde móviles está creciendo, y aumentó de 2,7% del total en marzo de 2012 a 8,1% en marzo de 2013.
El sistema operativo móvil favorito es Android, excepto en México, donde gana ligeramente iOS.


Aunque México es el que marca la mayor cantidad de accesos desde dispositivos móviles, Chile tiene la mayor proporción de conectados vía 3G, mientras los demás prefieren el WiFi.


Les dejamos el estudio completo a continuación, que contiene varios datos interesantes que vale la pena revisar.

domingo, 26 de mayo de 2013

¿Qué ocurrirá con tus datos tras la muerte?


Por Manu Contreras. Vía Fayerwayer


Decía Lorca que como no se preocupó de nacer, tampoco se preocupaba de morir. Pero morimos. Durante nuestra vida generamos una gran cantidad de recuerdos, memorias que son automáticamente distorsionadas por nuestra propia realidad. Lo que acabas de vivir lo almacenas en tu mente de tal forma que para ti tenga sentido, pero generalmente no es una fiel representación de la realidad. ¿Son nuestros recuerdos digitales una mejor prueba? ¿Una mejor forma de almacenar recuerdos?
Un vídeo no miente a no ser que lo edites. Una foto representa un instante tal y como es. Ambos tienen un problema, la falta de contexto. Una secuencia en tu cabeza tiene sentido porque puedes darle el contexto de forma, fecha y motivo, algo que las fotos y vídeos por si, no puedes. Por eso es tan importante en las redes sociales dar información sobre una foto o vídeo, dar contexto de que pasa, de por qué estás publicando o de que ha pasado en ese medio permite al resto de personas entenderlo y automáticamente almacenarlo bajo su propia realidad.

Pero nosotros morimos y todos nuestros recuerdos se van con nuestro cuerpo. ¿O no?
Las personas que nacieron hace dos o tres décadas ahora mismo se encuentran en la posición de poder afirmar que esta generación, ha sido filmada, fotografiada  y documentada como ninguna otra. Ya no a nivel de sociedad, sino individual. Tus padres te tomaron fotos, te grabaron en vídeo. Seguramente con piezas de tecnología que ahora mismo son prácticamente reliquias que nadie quiere usar o que simplemente están tan desfasadas que son imposibles de usar. 
Los mal llamados “nativos digitales”, la generación que ha nacido con tecnología digital alrededor suya como las cámaras digitales o internet, ahora son una generación que no solo ha sido documentada, sino que se autodocumenta.
Las redes sociales principalmente nos ayuda a estar en contacto que nos interesa, pueden ser parte de tu familia, tus amigos, allegados o conocidos, o simplemente gente que crees puede tener algo interesante que decir, pero con esta auto documentación que hacemos, nuestra información deja de ser nuestra para compartirla con empresas o servicios. Por ejemplo, no puedes borrar tu cuenta de Facebook, tan solo desactivarla. Tus fotos, comentarios, vídeos, likes… Toda tu información queda almacenada y catalogada.
¿Qué pasa cuando llegue el día que no estés? ¿Cómo se maneja toda esta información personal de alguien que simplemente no vive? En realidad, estos no es mucho más diferente que si dejas una caja llena de cartas personales o de diarios, el problema está en el nivel de privacidad y no caducidad.
La fantástica serie británica Black Mirror en su última temporada tocó este tema, como nuestra información pública en redes sociales puede generar suficiente información como para revivirte, por lo menos digitalmente. Evidentemente estamos lejos de este punto, aunque no es descabellado.
Imagina poner en un mismo software tus vídeos donde se puede extraer tu voz y movimientos, tus tuits y comentarios en Facebook de donde se puede extraer pensamientos y una forma de ser, o tus fotos donde puedes ver que es lo que te gusta o los sitios donde has estado.
Imagina que toda esta información se pueda acceder por tu familia y allegados.
Pero tocando la tierra actual, podemos ir algo mucho más cercano. Imagina un perfil de Facebook en el que las personas de tu alrededor pueden visitar cuando quieran recordarte, donde pueden ver toda esta información que durante los años creíste era irrelevante, pero que en conjunto forma tu carácter  y forma de pensar.

Qué pasará con tus datos en el futuro
Pensemos a un futuro más a largo plazo. Nadie sabe que va a pasar con tus datos en un futuro. Hemos visto muchas empresas y servicios ir y venir, cuando cierran normalmente te dan herramientas para exportar tus datos, o directamente cierran y los datos se quedan en algún servidor.
¿Qué pasará dentro de 20 años con tus datos de Facebook? Si esta empresa por entonces sobrevive (cosa que dudo), que pasará con toda esta información que hemos expuesto.
Seguramente nuestra reacción será la de indiferencia. Cuando más pasa el tiempo menos me preocupa las fotos que pude publicar hace cinco años, si son realmente importantes para mi las tengo guardadas en otro lugar más seguro. No es que no podamos confiar en servicios online, es que simplemente debemos pensar lo peor cuando se trata de almacenar nuestra vida digital.
¿Quién dice que dentro de 20 años lo que sea en lo que se convierta Twitter o Facebook no haga dinero con tus datos y se mercadee con ellos?

Herramientas disponibles
Lo curioso de este tema es que existen servicios dedicados a ello. Empezando por la gestión de perfiles, como Facebook, que da información detallada sobre qué pasa con la cuenta de una persona que ha fallecido, convirtiendo la cuenta en “conmemorativa”.
Otras herramientas como Heavenote es quizá más personal, en el que te ofrecen un servicio para mandar mensajes a las personas que tú quieras en el momento en el que se informe que uno de sus usuarios ha fallecido. Aunque raro, no es mucho más diferente que las cartas o notas dejada a herederos.
En Twitter existe LivesOn, un servicio que es capaz de seguir publicando tuits una vez el usuario muera, analizando mensajes anteriores, también permite cancelar la cuenta dando los permisos a otra persona. De todos modos, Twitter tiene sus propios procedimientos para dar de baja cuentas de usuarios.

Twitter despliega su sistema de autenticación en dos pasos


Por J.J. Velasco. Vía Bitelia
Twitter se ha convertido en un importante canal de difusión de todo tipo de contenidos, en muchos casos de actualidad; de hecho, es la fuente sobre la que se nutren hoy en día algunos sistemas de soporte para la toma de decisiones (por ejemplo, los análisis de los mercados de valores). La importancia de Twitter y su impacto nos quedó bastante clara hace algunas semanas con el hackeo de la cuenta de AP y su impacto en el índice Dow Jones, un hecho especialmente significativo que hizo que muchas voces reclamasen a Twitter mayor seguridad en sus sistemas y adoptase un modelo de autenticación en dos pasos como el que tiene, por ejemplo, Google. Parece que no vamos a tener que esperar mucho tiempo en que llegue esta mejora de la seguridad de las cuentas puesto que Twitter acaba de anunciar su propio sistema de autenticación en dos pasos.

La autenticación en dos pasos de Twitter, en cierta medida, no dista mucho de lo que Dropbox o Google nos ofrecen desde hace algún tiempo; un sistema de verificación de nuestra cuenta que permite proteger el acceso a la misma y evitar los cada vez más comunes casos de suplantación de identidad. El uso es bastante sencillo y, de hecho, podemos encontrar cómo activarlo en el blog de Twitter; gracias a este sistema dotaremos a nuestra cuenta de una capa de seguridad adicional que protegerá nuestro perfil incluso si alguien se ha hecho con la contraseña de nuestra cuenta puesto que será necesario contar con una clave adicional para acceder al perfil.
Además de usar una dirección de correo como login en Twitter, también podremos agregar a nuestra cuenta un número de teléfono que se podrá verificar (para garantizar que es el nuestro) y que servirá como "clave adicional" de acceso. Cuando vayamos a acceder a Twitter, además de introducir nuestro usuario y contraseña, si tenemos activada la autentificación en dos pasos, se enviará a nuestro teléfono móvil un SMS con una clave adicional que también tendremos que introducir, una verificación de seguridad que servirá para certificar que somos nosotros y no un tercero los que accedemos a nuestra cuenta.
En mi caso, aún no veo esta opción en las opciones de la cuenta pero es de esperar que sea algo que se vaya desplegando poco a poco a todos los usuarios. De todas formas, es importante tener en cuenta que para acceder a la cuenta, una vez activada la autenticación en dos pasos, tendremos que tener nuestro smartphone a mano y que además nuestro operador debe soportar la recepción de mensajes por parte de Twitter y, finalmente, creo que es importante tener en cuenta que no está de más cambiar las contraseñas de vez en cuando y evitar usar la misma en todos los servicios que usemos.