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domingo, 10 de julio de 2011

El paraíso del Troll: Facebook y Twitter

En días recientes hemos visto acaloradas discusiones, insultos y defensa de identidad, género, nacionalidad y equipo deportivo en contra de un twitero o usuario de Facebook repentino y hasta ese día, desconocido. En los últimos tiempos los hemos visto actuar de forma institucional en la política venezolana bajo el nombre de “Guerrilla comunicacional” una especie de escuadrón troll chavista que circula por la red rastreando comentarios para cumplir su tarea. Por supuesto cada comentario es recompensado por el organismo encargado de contratarlos.



Pero primero definamos ¿qué es un troll? Un troll no es más que un usuario, la mayoría de las veces ficticio, que interviene en conversaciones en la web 2.0 con opiniones polémicas o que generen reacciones altisonantes. No necesariamente el troll agrede directamente a los integrantes de la conversación, sino que busca distraer la atención tocando un punto diferente.
Pero ojo! no por insultar o crear una polémica alguna vez, ya se es un troll. Estos dedican mucha energía y hasta días enteros enfocados en un solo tema y en un solo proceder. En la medida de que son replicados, repiten la actividad.
Recordemos los casos de un ferviente defensora de Victor Drija (no me gusta y por lo tanto no será mencionada su cuenta) cuando el nefasto “Visca Venezuela” y un presunto mexicano @iTerminator (apuesto lo que sea a que no lo era) que lograron notoriedad al ser mencionados y retwiteados repetidamente por influyentes twiteros venezolanos. Por cierto, luego de un par de días de actividad los mismos desaparecieron no sin antes levantar y aumentar exponencial y sorprendentemente su cantidad de seguidores en un corto lapso de tiempo.
En el caso de Twitter se está convirtiendo en una tendencia con posibles fines estratégicos. Lograr aumentar el número de seguidores y la influencia por medio de ésta estrategia no muy “moral”.
En el caso de facebook, los vemos activarse ante temas o noticias que puedan generar un debate intenso y un grupo necesita desviar la atención para que no se siga hablando del mismo y se ataque al troll. El troll muerto de risa y con su misión cumplida y los facebookeros gastando pólvora en zamuro. Dejan el tema sin alusiones negativas ya que todas fueron desviadas al personaje.
Usemos un ejemplo que logré ver en el día de hoy en facebook donde el troll intentó desviar la atención de la conversación usando un argumento pseudopatriótico y con un trasfondo político. Entre sus características observé que era un usuario real, sin embargo, ocultaba su rostro. La estrategia para combatirlo fue retomar la conversa y tratarlo con indiferencia en su segunda intervención. El tema principal volvió a relucir.




Recuerda que si le respondes a un troll, el gana, si le haces RT, el gana. Si le haces mención, el gana. Y lo peor es que son capaces hasta de dejarte en ridículo si logran sacrate de tus casillas para luego exponerte públicamente. Insultar a un troll no es defenderte a ti o tu causa. Es regalarles notoriedad.
En todos los casos la mejor manera de confrontar esta situación, es armarse de criterios y de calma para detectar a estos saboteadores y “torearlos”. La forma mas efectiva de condenarlos al fracaso es denunciándolos al moderador o administrador de la conversación, o en el caso de Twitter, marcarlos como spam y darles Block, pero sin hacerles mención. Ya que eso generará interés por el Troll aumentando su número de seguidores de forma gratuita. Es difícil y en medio de una provocación, a algunos nos cuesta mantener la calma. Pero hasta hoy es el tratamiento más efectivo.

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